El comportamiento lingüístico está determinado por dos factores: el código y el contenido que se pretende comunicar. Sin embargo estos dos factores no constituyen la totalidad del comportamiento ni verbal ni comunicativo. Existen variaciones lingüísticas, entre las que se puede citar la elección del idioma, la utilización de un lenguaje simple o elaborado, la elección de los tiempos verbales, etc., y existen, por otro lado, variaciones no lingüísticas como el ritmo, el tono y el volumen de la voz.
Los signos paralingüísticos, son un conjunto de signos no verbales que acompañan la comunicación lingüística y que complementan la comunicación, especialmente la interpersonal, como los gestos del rostro y ademanes corporales.
Según mi pantalla lingüística, recuerdo que los signos paralingüísticos son considerados el principal conducto para la comunicación emocional, como: el llanto, el sollozo, la risa, el suspiro, el grito, la tos, el carraspeo, el bostezo. Se trata de signos sonoros o diferenciadores paralingüísticos que se emiten consciente o inconscientemente.
De igual manera, son aquellos elementos no lingüísticos, como la risa, el llanto, los gestos, las mímicas, etc. que forman parte de la comunicación y acompañan el mensaje verbal presencial. Los textos escritos también emplean los elementos paralingüísticos para dar énfasis a los mensajes. Los signos de puntuación y de expresión, (: , ; … ¿? ¡!) son las herramientas paralingüísticas del lenguaje escrito.
Además, otros elementos paralingüísticos son: el silencio, el ruido del aire, del agua, las voces de los distintos personajes, la música, entre otros.
La comunicación tiene una serie de elementos implicados y no son solamente elementos verbales. El componente no verbal, junto con el componente verbal, constituye la comunicación, y comprende:
1) Lo que decimos, es decir, las palabras.
2) La forma en que decimos, es decir, el paralenguaje.
3) La manera en que nos movemos, o sea, la cinésica.
Más del 90% de la comunicación se hace a través de elementos no verbales, ya que nos comunicamos 7% mediante el canal verbal, 38% mediante el canal paralingüístico y 55% mediante la cinésica. (Mi amigo el gordo el DRAE, dice de cinésica. (Der. del gr. κίνησις, movimiento). 1. f. Psicol. Disciplina que estudia el significado expresivo de los gestos y de los movimientos corporales que acompañan los actos lingüísticos).
Un signos (vocablo procedente del término latino signum) es toda clase de objetos, acciones o fenómenos que, ya sea por naturaleza o por convención, pueden representar, simbolizar o reemplazar a otras cuestiones o elementos. La lingüística, por su parte, refiere a aquello que guarda relación o gira en torno al lenguaje (entendido como un sistema o herramienta de comunicación).
Y es que por algo el origen etimológico del citado término se encuentra en el latín y más concretamente en la palabra lingua que puede traducirse como “lengua”.
Un signo lingüístico, por lo tanto, es una realidad que puede ser percibida por el hombre mediante los sentidos y que remite a otra realidad que no está presente. Este signo combina el significado (una noción o concepto) con su significante (basado en una imagen de tipo acústico), presentándose como una entidad de 2 facetas dependientes entre sí que no pueden ser separadas.
Todo signo lingüístico tiene cuatro señas de identidad que lo identifican claramente:
Lineal: Esto significa que dentro del citado signo todos los elementos que lo componen se presentan unos tras otros tanto oralmente como por escrito.
Articulado: Lo que viene a expresar esta característica es que las unidades lingüísticas mayores tienen la capacidad para dividirse en otras menores. En concreto, se pueden dividir en lo que son monemas, que tienen significado y significante, y también en morfemas, que se identifican por no tener significado.
Arbitrario: Este término viene a dejar patente que la relación que se establece entre el significado y el significante es arbitraria y tradicional, pues en cada lengua hay un significante distinto para el mismo significado.
Mutable e inmutable: Con ello lo que se viene a determinar es que, por un lado, los signos lingüísticos van cambiando conforme va pasando el tiempo y con ellos las lenguas por lo que son mutables. Sin embargo, por otro lado, también queda claro que una persona en cuestión no puede modificar aquellos como le parezca, es decir, son inmutables.
Es importante destacar que un signo lingüístico representa una construcción de respaldo social, es decir, es válido en el marco de un determinado contexto lingüístico. El signo sitúa a un elemento en lugar de otro: la palabra “bicicleta” hace referencia a un vehículo de dos ruedas que sirve como medio de transporte personal. Que “bicicleta” sea el significante de este vehículo es una convención social.
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